viernes, 2 de septiembre de 2011

REFLEXIÓN SOBRE EL PAISAJE

Un paisaje es un estado de ánimo, en el cual la mancha, el gesto, el color, la línea, el plano. Son recursos para expresar vitalidad o negritud. Como espejo de la realidad donde se puede respirar espacio, las forma se cierran y se abren en cualquier plano para dejar ver la intersección de cruces (en muchos casos) o móviles para articular la composición.
Muchas veces los títulos de mis obras son meros acompañamientos para crear una línea de comprensión entre el publico y la obra, otras veces cobran una gran importancia para el dialogo con el espectador, más allá de las leyes propias del cuadro, quieren expresar sueños y realidades a través de una economía formal.
Para mi el color es la característica más sobresaliente, mostrándolo en su pureza y en su mezcolanzas según lo pida el lienzo. Me gusta realizar el estudio del color con una meticulosidad extrema y los resultados pueden parecer discordantes pero que al final adquieren una composición arriesgada y equilibrada.
En la mayoría de los casos el color prima sobre la forma, que en muchas ocasiones son estructuradas mediante simples líneas o puntos.
Muchas veces me gusta que sea el propio espectador que sea el que acabe la obra e incluso que otras muchas veces le ponga el titulo.

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